A través del espejo

Al igual que la mayoría de la gente se queja de su memoria pero no de su inteligencia, la mayoría de nosotros nos quejamos del poco tiempo que tenemos para cualquier cosa pero no del que desaprovechamos.
 
Será que lo que mejor sabemos hacer es quejarnos y no hacer algo para evitar aquello que provoca nuestras quejas. Igualmente, es muy fácil criticar lo que hacen otros pero no tanto mejorarlo cuando somos nosotros quienes podemos hacerlo.
 
Y esto podemos aplicarlo a todos los ámbitos que se nos puedan ocurrir. Si para un cargo se elige a una persona, criticamos, o porque es demasiado mayor o porque es demasiado joven… en lugar de ver las ventajas a lo uno o a lo otro. Parece que nunca llueve a gusto de todos y es que los refranes existen para algo: o bien para estar de acuerdo con ellos o, al contrario, para darnos cuenta que podemos también contradecirlos.
 
Habitualmente está en los puntos medios la solución. Si aceptamos que no tenemos tiempo para todo, lo mejor que podemos hacer es aprovechar el poco de que disponemos. En otros ámbitos, no es tan fácil. Así, nos encontramos, en ocasiones, ante disyuntivas que nos pueden llevar a no contentar a nadie y la solución, en estos casos, aunque parezca extraño, es no hacer nada para evitar enfadar a todos.
 
Así ocurre, al no poder hacer dos cosas a la vez o poder elegir a dos personas para una misma cosa, que siempre estamos eligiendo algo o a alguien en detrimento de otras cosas u otras personas. De ahí que los órdenes de prioridades sean básicos para nuestra propia satisfacción y, de paso, también para la de los demás.
 
Siempre que éstos afecten a más de una persona, si se saben explicar convincentemente, no ocurre nada. Se acaban aceptando. El «truco» está en hacer entender este mensaje. Y aquí ya entra la capacidad de liderazgo de cada uno, que, además, nos puede ser útil a nosotros mismos para auto-convencernos de qué debemos hacer en cada caso y evitar, después, reprocharnos el haber tomado una u otra opción y, por ende, haber desperdiciado nuestro tiempo.