A través del espejo

Hace unos años en el fin de semana antes de Todos los Santos, celebramos un encuentro de los becarios que fue un auténtico éxito. Además de forjar amistades de las que duran años, hizo un tiempo espléndido que permitió bañarse; el último chapuzón de un veroño para muchos de los que asistieron seguramente.

Hoy es el último domingo antes de Todos los Santos también y este fin de semana se han celebrado actividades de wellness (palabra de moda donde las haya) pero lejos de aquel recuerdo feliz, la lluvia brilla por su presencia más que por su cantidad. No sé si esto habrá estropeado el fin de semana a algunos o a muchos porque no he asistido a ningún evento pero me ha traído el recuerdo agradable de años pasados.

En una mañana de lluvia, escuchando buena música, reflexionando sobre los avances de mi doctorado -a ver dónde publico es la principal preocupación en este momento y lo agradecida que estoy a quienes me están ayudando con su colaboración…-.

En fin, que cualquier momento es bueno para escribir unas líneas, rememorando tantos conciertos de domingo a las 11 en el Auditori desde su inauguración. Aunque ahora me quede lejos y ya no esté abonada, imagino que la mayoría de los asiduos seguirán caminando por sus pasillos en busca de su butaca antes de que se cierren las puertas. ¡Ojalá lo puedan seguir haciendo muchos años!