Gatos negros:
Posted on noviembre 13th, 2007 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Es probable que haya días en nuestra vida que tenemos la sensación que todo nos sale mal. Es más, hay días en que parece que todo sale al revés a nuestro alrededor pero no sólo a nosotros sino en general. Para quienes sean supersticiosos es fácil culpar a un gato negro que habrá pasado por delante de nosotros, sea o no verdad y nos hayamos dado o no cuenta de ello.
Habitualmente, las causas suelen ser algo más complejas. Incluso, en ocasiones, el gato negro somos nosotros mismos que con nuestros actos conseguimos que lo que nos proponemos salga completamente al revés o, al menos, de manera diferente a como nos lo habíamos planteado.
En estos últimos días, han ocurrido hechos que realmente nos permiten plantearnos que seamos los propios humanos quienes actuamos, en ocasiones, como gatos negros sin conseguir, por ello, nuestros objetivos.
Así, se acaba de descubrir un planeta fuera del sistema solar, cuyas condiciones climáticas permitirían que pudiésemos convertirlo en habitable. Sólo existe un «pequeño» inconveniente: la distancia. Resultado: estamos como antes, es decir, que tenemos que sujetarnos a los límites de nuestra tierra para sobrevivir. Recuerdo que hace años Stephen Hawking dijo que confiaba en que las personas fuésemos lo suficientemente estrictas para permitir que nuestro planeta se mantuviese en condiciones de habitabilidad permanentes. Entonces, yo pensé que se equivocaba y que ya nos las ingeniaríamos para encontrar otro lugar habitable en el universo. Sin embargo, de momento no va a ser así. Habrá que tener paciencia. Y la «culpa», por supuesto, no la tiene ningún gato negro.
Tampoco se debe a ningún gato negro que los genios que pasan por este mundo acaben falleciendo. Y ahora toca despedir a Mstislav Rostropovich, que no fue siempre profeta en su tierra, a pesar de ser un gran virtuoso. Ya sabemos que no siempre se valora a quien se tiene cerca sino que lo extraño, a menudo, se considera mejor. Por fortuna, sin embargo, el tiempo acaba dando a cada uno lo que se merece aunque, en ocasiones, no se pueda disfrutar en vida de una merecida fama que no es el caso ya que reconocimiento internacional no le faltó a uno de los mejores músicos del S. XX, que a mí en particular me dejará el recuerdo de su expresividad más allá, incluso, de su música.
Esperemos que los «gatos negros» desaparezcan por un tiempo y nos dejen celebrar alegrías y no sólo compartir penas.