Todo es relativo:
Posted on noviembre 14th, 2007 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Muchas veces habremos pensado que es realmente curioso que distintas personas tengan tan diferentes puntos de vista sobre una realidad cualquiera.
Sin embargo, al tiempo que somos conscientes de esta diversidad, debemos ser también lo suficientemente reflexivos para percibir que las verdades absolutas difícilmente existen y es ello lo que explica que seamos tan dispares en nuestras percepciones.
Sin embargo, es cierto que el hecho de que sobre un mismo fenómeno podamos tener diferentes percepciones no deja de ser, en ocasiones, molesto en la medida en que haya que llegar a un consenso. Pensemos, por ejemplo, en un concurso. Quienes forman parte de un jurado tendrán que llegar a una opinión si no unánime, al menos, mayoritaria. Salvo casos en que todos los candidatos menos uno sean absolutamente ineptos, no será fácil porque lo que para uno puede ser maravilloso, para otro puede resultar aburrido, poco interesante… Lo mismo ocurre cuando estamos, a otro nivel, ante un tribunal. Cada cabeza pensante tendrá un criterio propio y lo que a uno le parece positivo, para otro puede ser completamente al revés, o lo que uno ve claro puede ser dudoso para otro. Al final, habrá que decidir en un único sentido. Esto no siempre es tan sencillo.Si existiesen las verdades absolutas, se acabaría el problema. No habría tema de discusión y, sin embargo, no es así.Hace poco, durante una cena, en una mesa cercana, cuatro personas criticaban que estando de viaje preguntaron a un transeúnte una dirección. Esta persona les dijo que estaba cerca cuando ellos opinaban que estaba lejísimos.
Al final, quien tuvo la buena voluntad de indicarles lo que le preguntaban acabó siendo objeto de múltiples críticas y todo porque lo que para uno era cerca para otros era lejos. Este sentido de lo relativo puede plantear muchos malentendidos y, en el fondo, todos y ninguno, al mismo tiempo, tienen razón.
Es evidente que si siempre todos viésemos las cosas iguales se acabarían las discusiones. Gran utopía, por supuesto. Sin embargo, en el fondo, todo depende de los ojos con los que se mira porque con buena voluntad podemos siempre conseguir que lo que, en un principio, puede parecer difícil no lo sea en realidad y que lo que parece negro sea blanco.