A través del espejo

Sin ser una experta en el tema, evidentemente, sí tengo -como todos tenemos- opinión propia sobre qué vale la pena ir a ver cuando nos apetece ir al cine y qué es mejor evitar para no tener que pensar que hemos perdido un par de horas de nuestra vida sentados ante una pantalla cuando habría sido mejor dedicarnos a cualquier otro placer. Encima, en estos casos, tendremos remordimientos de conciencia por haber vaciado un poco nuestro bolsillo sin obtener gratificación alguna por ello.

Para evitarlo, hay que pensar cuidadosamente qué vamos a ver. Recuerdo que hace años me llamaron para hacerme una encuesta sobre cine. Fue la primera vez en que me sorprendí, realmente, de lo poco imparcial que puede llegar a ser un encuestador. No es necesario explicar ni de dónde venía la encuesta ni el porqué de mi opinión sino, simplemente, insistir en que hay que ser crítico antes de decidirse a ocupar nuestro tiempo en este deleite.

A mí, me cuesta muchísimo encontrar películas que realmente sean buenas. Será porque soy demasiado crítica o porque no se hacen muchas que merezcan un elogio general.

En el caso del cine español, dejando a Almodóvar de lado, de vez en cuando sí hay alguna película que es digna de ver. En contra de mi principio de no ver una «peli» si antes he leído el libro en el que se basa, fui a ver «Alatriste». No se su opinión, a mí, no me gustó. Sin embargo, sí disfrute «Los Borgia» aunque entendí, viéndola, que haya quien no crea demasiado en la Iglesia.

Si volvemos la mirada al cine norteamericano, este año, como todos al llegar el otoño, es difícil escoger y, más difícil es escoger bien -aunque ciertamente ir al cine no sea algo muy trascendental-. Películas que merezcan un reconocimiento especial seguro que habrá pocas; mediocres, la mayoría. La oferta, no obstante, es para satisfacer a todos. A mí, que no me apasiona precisamente la violencia, me da la impresión que tardaré bastantes fines de semana para poder ver todas las que, de entrada, parecen ofrecer algo más que un par de horas perdidas ante la pantalla. Quienes somos «amantes» de Woody Allen podremos divertirnos con Scoop y decidir si es mejor o no, comparable o no con otras anteriores. ¡Elijan bien, que no será por falta de títulos!