Reflexiones de un domingo soleado
Posted on noviembre 19th, 2017 by henriettaPosted in Sin categoría | No Comments »
Hace tanto tiempo que no escribo, que ya he perdido la costumbre de conectarme. A lo mejor recupero la costumbre; veremos.
Hoy me motiva escribir una reciente reflexión, que últimamente tampoco tengo muchas por exceso de información que me llega y me entretiene de lo que es realmente importante: estar conmigo misma.
Al grano… Cuando después de los atentados de este verano, explicaron que el imán había estado en prisión, lo primero que me vino a la cabeza fue: ¿y por qué no lo expulsaron cuando salió? Es lo normal en estos casos… han pasado 3 meses y ha llegado la explicación: resulta que el CNI utilizaba sus servicios, por los que ahora sólo falta que cuenten que cobraba. Excelente…
Hace un tiempo, hablando con un familiar que trabajó durante años para el CNI, me dijo que no me creyese que había mucha inteligencia ahí dentro. Creo que con estas noticias, es evidente.
Esto ya ha pasado y no sabremos más que lo que nos quieran explicar, todo manipulado, por supuesto.
Me gustaría saber quién ha sacado la noticia a la luz, que yo leí en El País, por cierto.
También querría pensar que la noticia viene de alguien que se siente maltratado por cosas que han ocurrido recientemente. Y no me refiero a un particular sino a un cuerpo que actuó de forma brillante ante un reto poco habitual afortunadamente y que ahora tiene a su jefe haciendo trabajo administrativo. Claro, es la recompensa que se suele dar al que destaca entre tanta mediocridad en este maravilloso país del que algunos se extrañan que otros se quieran largar.
En fin, pensemos que para reparar tal error, ahora quieren solucionarlo bloqueando el acceso a la Rambla y, por otra, despejando todo el entorno de la Sagrada Familia peatonizándolo y haciendolo así mucho más accesible a cualquier vehículo. ¿Se puede ser más tonto? Después de que hubiesen atentado en el paseo de los ingleses en Niza, ¿alguien piensa que no se puede acceder a una zona peatonal para atentar? Esta es la brillantez a la que nos tienen acostumbrados los grandes pensadores que toman las decisiones en estos lares. ¡Qué asco!