A través del espejo

Me autodeclaro bienvenida al reino del hedonismo. Cada vez disfruto más con las pequeñas cosas; ésas que para algunos son insignificantes y para otros son un puntito de luz en su existencia. Anoche tocó una más que agradable fiesta en una casa de cuento de hadas, bajo un sol precioso y una luna roja, que invitaba a ser fotografiada. Excelente comida en buena compañía y hoy vuelta a la realidad después del break. Uno de ésos que agradece tanto el espíritu para sobrellevar los pequeños inconvenientes de la vida cotidiana.
Es como un suma y sigue de los días anteriores y como un pequeño aperitivo a lo que espero que vengan en los próximos.
El mundo está lleno de gente interesante; sólo falta conocerla y sólo una cosa entristece: perderla porque se van definitivamente o porque la vida pone espacio de por medio, seguramente porque esas personas ya no tienen más un fin positivo en la vida de una, al menos, eso es lo que me gusta pensar porque hace más llevadera la pérdida…
Como dice mi título, mañana fiesta, día anterior a recibir a unos visitantes, con los que espero divertirme y que se diviertan, claro. Las dos caras de la moneda. El resultado, en unos días.
No me siento especialmente cansada; de hecho, me siento en un estado bastante placentero. Estos meses atrás fueron más duros y problemáticos pero ahora, no. “Pasada” alguna tristeza por el camino, que es eso, parte del camino y que hace aflorar las ganas, a veces, de ayudar a quien lo siente aún más pero eso es la parte triste, que hoy no toca.
Mañana es día de fiesta; para continuar con mis correcciones y disfrutar sin horarios; escuchar música de Semana Santa; Jordi Savall en mi agenda y leer un poquito. Qué grande “El filo de la navaja”, igual de grande que quien me lo recomendó… un pasito más en mi escala de admiración.
De momento, buenas noches. Mañana más .