A través del espejo

Antonio López Peláez, profesor de Sociología de la UNED, escribe hoy en el suplemento Es de La Vanguardia una serie de estrategias para relacionarse, que son las siguientes:

1. Dar importancia a las relaciones que se tienen con los demás, independientemente de los objetivos propios a corto plazo. Dedicarles tiempo y aprender a estar con ellos.

2. Tener amigos es un valor en sí mismo, hay que aprender a conservarlos y a ser un buen amigo. Es importante tener amistades, compañeros y personas con las que poder relacionarse en un ambiente de confianza y lealtad.

3. Aprender a conocer el entorno relacional, tanto el de las personas que nos rodean como el de la cultura en la que uno está inmerso: escuchar,analizar el entorno, describir claramente cuáles son las formas de actuar y las expectativas de los otros, lo que esperan de uno cuando se desempeña una tarea o cuando se participa en un grupo de trabajo.

4. No confundir los deseos o preferencias propias con lo que debe ser: aceptar las opiniones diferentes de los demás, las pautas de comportamiento establecidas, y buscar un espacio común para llegar a acuerdos. Este espacio común es la racionalidad: se debe razonar buscando lo más acertado para resolver los problemas y no simplemente imponer la propia opinión o costumbres.

5. Crear un clima relacional adecuado: en vez de quejarse o buscar desahogarse, crear un ambiente en el que las personas se sientan más cómodas. Por ejemplo, en vez de quejarse al llegar a casa, preguntar a los demás qué tal les ha ido, crear espacios de felicidad.

6. El buen humor es el alma de una buena relación: hay que procurar compartir momentos alegres y crear un ambiente distendido en las relaciones.

7. Llegar a acuerdos no es una batalla. Hay que abandonar las metáforas bélicas y analizar la realidad como un escenario en el que podemos llegar a acuerdos, afrontar errores y encontrar estrategias conjuntas para resolver problemas.

8. Respetar los acuerdos, mantener la palabra dada y crear espacios de confianza que permitan afianzar los vínculos de solidaridad y lealtad entre las personas.

9. Buscar actividades en las que uno pueda encontrarse con personas afines, con las que pueda relacioanrse y salir de una situación de aislamiento.

10. Aprender a asumir el paso del tiempo, los fracasos y éxitos, cultivando el equilibrio personal, y entrenándonos para ofrecer a los demás un espacio de libertad, amistad e intimidad. No proyectar los fracasos o los problemas personales en las nuevas relaciones. Uno no encontrará nunca al príncipe o la princesa azul si previamente no se ha preparado para serlo, puesto que no sabrá cómo diferenciarlo de los demás. Para encontrar a la princesa azul, primero hay que aprender a mirar con los ojos de un príncipe azul.