A través del espejo

Eras mi vecino de al lado. No recuerdo cuándo te vi por primera vez pero ahí estabas, abriendo tu puerta. Fueron unos segundos pero suficientes para saber que te volvería a ver. Mi corazón palpitaba. Cuando unos días después, alguien llamó al timbre, supe instintivamente que eras tú. Mi diminuto estudio se llenó como de luz y se convirtió en un auténtico hogar. Fue una sola noche suficiente para saber que no eras un loco que se cruza en mi vida. A la mañana siguiente, tu tarjeta estaba sobre mi mesilla de noche. No había sido un sueño.

Esta tarde, al volver del trabajo, te encontraré esperando. Casi sin palabras, nos diremos que no fue una aventura de un solo día y mañana y pasado… hasta que tu casa y la mía se conviertan en una, si el destino no se interpone en nuestros caminos y quiebra la pasión.