A través del espejo

La respuesta rápida sería «muchas cosas».
Una respuesta más detallada distinguiría varios puntos.
En primer lugar, estoy contenta. Me siento feliz en el trabajo; tengo un hogar tranquilo y pequeñito pero no necesito más.
Me siento en paz conmigo misma.
Las guerras vienen de fuera pero no siempre duran mucho.
En segundo lugar, estoy en una fase vital «rara», como otras tantas. Seguramente ya no me siento muy joven ni muy mayor pero ciertos achaques que me dejan patidifusa no me permiten tener la tranquilidad de espíritu que necesitaría o será al revés: necesito más tranquilidad de espíritu y entonces desaparecerán los achaques?
Sea como sea, habrá que experimentar.
El verano toca a su fin. No podría resumir en unas líneas lo que ha dado de sí: Florida, EMAG, Ibiza… más valen las fotos que hablan por sí mismas.
Aún queda un breve paseo por Europa antes de acabar el año. Esperemos que entretenido porque llevo años esperándolo, después de la recomendación de una persona de cuyo buen gusto no me cabe duda alguna.
Este invierno volveré al Liceu después de 14 años sin pisarlo, después de una decepción sonora. Esperemos que la dicha sea buena.
¿Qué más quedará por venir? Esperemos que algo de felicidad para que el espíritu esté tranquilo.
Feliz rentrée!