A través del espejo

Hoy es día de excursión para conocer la ciudad.

Por la mañana, un tour de cuatro horas nos lleva a conocer los rincones de la ciudad. Empezando por el puente Carlos, con su torre y cruzando hacia el otro lado, después de haber escuchado explicaciones sobre las estatuas sobre el puente. Especialmente la de San Juan Nepomuceno, realmente interesante la leyenda.

Al otro lado, todo son calles que suben hacia el castillo. El tranvía es ideal para salvar el desnivel. Por cierto, mi primer y único viaje en tranvía, moderno, no como la mayoría de los que circulan por la ciudad.

El paseo bien vale la pena, el castillo, el monasterio Strahov, la catedral, las embajadas, el Parlamento, la residencia del presidente, Loreta… todo vale la pena. Es realmente un lugar romántico, inspirador, una auténtica maravilla. Por cierto, hay un Sant Jordi luchando con el dragón. Vaya sorpresa!!! La bajada discurre entre viñedos, por un lugar realmente precioso  

Y ya de vuelta al otro lado, la ópera, el barrio judío, la plaza de San Wenceslao, el reloj astronómico.

La comida en un restaurante con estrella Michelín recién estrenada, realmente recomendable. No creo que haya muchos en Praga. El primer plato, impresionante. Una sopa servida en un pan con la corteza en la parte superior en forma de tapa de una olla. Buenísimo y sorprendente. De segundo, pato, con remolacha, manzana… y de postre otra preciosidad deliciosa al paladar, una tarlateta de frutos rojos, con helado y chocolate. En fin, estoy de vacaciones. ¿Qué más se puede pedir?

Por la tarde, toca descansar…