Noticias curiosas CLXXII:
Posted on mayo 11th, 2010 by henriettaPosted in Un poco de todo | No Comments »
Nuestra primera noticia curiosa de hoy nos dice que: Un gimnasio consigue electricidad con el pedaleo de las clases de ‘spinning’
The Green Revolution es un gimnasio de Nueva York que cuenta con un sistema revolucionario para generar electricidad: el pedaleo de sus propios clientes.
Hasta veinte personas en sus bicicletas fijas pedalean alentadas por el entrenador y generan al mismo tiempo electricidad para el local. «Electrifique su entrenamiento» «Reduzca su cintura y su índice de carbono»: son algunos de los emblemas de este país del «fitness».
El mecanismo es simple: un sistema colocado en el zócalo de las bicicletas transfiere la corriente continua del dinamo activado por los ciclistas a un transformador que lo convierte en corriente alterna de 110 voltios.
Cuenta Jay Whelan, presidente de la empresa «Green Revolution» que patentó el sistema en 2007, lo probó en 2008 en un gimnasio de Connecticut (noreste) y el lanzamiento comercial fue en el verano pasado en Los Angeles, y a principios de 2010, en Nueva York y Washington».
Veinte personas crean cerca de 3 kilowattios en una hora, que es lo que dura una clase de «spinning». Con cuatro clases diarias, el gimnasio genera 300 kilowattios por mes, «equivalentes a la energía necesaria para iluminar una casa durante seis meses, asegura Jay Whelan, un ingeniero de 46 años.
A ese ritmo, en un año los deportistas logran crear suficiente energía «para alimentar a 72 casas medianas durante un mes», afirma el inventor del sistema.
Aunque la sala del New York Sports Club del oeste de Manhattan sea demasiado grande como para autoabastecerse en electricidad gracias al sudor de sus socios, otros gimnasios más pequeños sí podrían alcanzar ese objetivo.
De momento, el equipo sólo existe para bicicletas, pero «Green Revolution», que cuenta con 45 empleados, estudia instalar sistemas similares en otras máquinas aeróbicas. Cada sistema eléctrico cuesta 1.300 dólares.
Los deportistas son entusiastas. «Uno quema calorías y genera electricidad, es fantástico», dijo Richard Kronick, un arquitecto que terminó la sesión bañado en sudor.
Junto al entrenador Rick Meadows, que grita las instrucciones mientras pedalea con entusiasmo, un árbol de vidrio sirve para medir la energía generada, con una luz que sube o baja en función de los kilowattios colectivos.
En la bicicleta cada cual puede ver el resultado de su propio esfuerzo. Según el entrenador, «la gente adora la idea de estar generando energía, y eso crea competitividad en el grupo».
«Todos los que prueban quieren volver para ver si pueden mejorar», según Jennifer Carswell, responsable del club.
«Green Revolution» ya tiene unos cuarenta clientes, en Estados Unidos y Canadá: escuelas, universidades… La empresa de Massachusetts que fabrica el sistema ya produjo más de 1.000 aparatos y ahora también ha recibido pedidos de la administración de cuatro cárceles.
Otra noticia curiosa nos dice que Los mamuts tenían anticongelante sanguíneo
Los mamuts tenían una forma de anticongelante en la sangre para mantener a sus cuerpos abastecidos de oxígeno en el frío extremo. Todo producto de una mutación genética que les permitió sobrevivir las bajas temperaturas.
La recuperación de proteína del mamut se ha conseguido gracias a su conservación en las placas de hielo. Ésa es la conclusión de una investigación llevada a cabo por científicos de Australia y Canadá, que «resucitaron» una proteína de la sangre de un mamut lanudo.
Esta proteína, llamada hemoglobina, se encuentra en los glóbulos rojos y a ella se adhiere el oxígeno para ser transportado al organismo. Esta capacidad de la hemoglobina para llevar oxígeno hacia los tejidos del cuerpo por lo general se ve alterada por el frío.
Los investigadores descubrieron que los mamuts tenían una adaptación genética que les permitía que la hemoglobina liberara oxígeno aún en temperaturas extremadamente bajas.
La investigación, publicada en la revista Nature Genetics, consistió en secuenciar genes de hemoglobina del ADN perteneciente a tres mamuts siberianos de decenas de miles de años de antigüedad, que quedaron conservados en el ‘permafrost’ -la capa de hielo permanentemente congelado-.
Las secuencias de ADN fueron convertidas a ARN -una molécula similar al ADN que es clave en la producción de proteínas- e insertadas en una bacteria de E. coli. Este microorganismo, como se esperaba, produjo la proteína del mamut.
Posteriormente, los investigadores analizaron las proteínas «resucitadas» del mamut y encontraron tres cambios distintivos en la secuencia de la hemoglobina con los cuales ésta podía transportar oxígeno en la sangre hacia las células incluso a temperaturas extremadamente bajas. Esto, afirman los científicos, es algo que la hemoglobina de los elefantes no puede hacer.
«Sin esta adaptación genética, los mamuts hubieran perdido más energía en invierno y se hubieran visto forzados a reemplazar este déficit comiendo más… hacía la extinción», dice el profesor Alan Cooper, director del Centro Australiano de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida, quien dirigió la investigación.
Y la última noticia curiosa de hoy nos habla de La llamada telefónica más larga del mundo: 40 horas al aparato sin parar
Una pareja ha conseguido un nuevo récord mundial. Han estado 40 horas hablando por teléfono sin parar, manteniendo una conversación sensata sin leer artículos de periódicos ni libros y los silencios no podían durar más de sesenta seguntos.
La llamada telefónica más larga del mundo se ha llevado a cabo gracias a una acción conjunta entre la compañía telefónica Alice y Radio Hamburg.
Los participantes han sido tres parejas de conversadores que fueron situados en la redacción de Radio Hamburg y el hotel Le Royal Meridien, en la ciudad de Hamburgo.
Los ganadores han sido Keyvan Hamidi (27 años) y Sercan Aratemuer (25 años) que han empezado a hablar a las 17 horas del 28 de abril y han terminado en la mañana del 30 de abril a las nueve de la mañana.