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A través del espejo

De la inmadurez:

Posted on octubre 23rd, 2007 by henrietta
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Ya no recuerdo dónde leí una frase que me hizo reflexionar. Decía algo así como: el amor es romántico y generoso, no egoísta ni inmaduro. He aquí un calificativo que utilizamos habitualmente de una manera muy irreflexiva para referirnos a comportamientos más o menos infantiles.

No considero que sea sorprendente utilizar unos u otros términos sin pensar bien en lo que decimos -a menudo, ocurre-. Lo que sí entiendo peculiar es la cantidad de personas de todas las edades que adoptan actitudes inmaduras ante situaciones de lo más diverso.Ser o no inmaduro no tiene tanto que ver con la edad de cada uno sino con la experiencia vital, es decir, no sólo con lo que nos toca vivir sino con las conclusiones que de esto extraemos.

Sin embargo, por alguna razón, cada vez hay más adultos que tienden -o tendemos- a ser, en cierto modo, poco maduros. En los casos más extremos, nos encontraremos con los denominados “complejos de Peter Pan” o “de Campanita”. La razón concreta porque habrán elegido estos nombres la ignoro pero es fácil entender qué se está significando con ello. Las mujeres tenemos tendencia a quejarnos de la inmadurez de los hombres. ¿Se quejarán también ellos por esta razón? Sinceramente, lo ignoro. De otras cosas sí es fácil oirles quejarse pero de inmadurez… puede que sí o puede que no.

Lo cierto es que estas actitudes “tan criticables” por inmaduras pueden afectar -y de hecho así es- a personas que tienen una vida de lo más ordenada y respetable de puertas afuera y que, sin embargo, conservan una actitud poco acorde con su edad en otras situaciones, llamémosles anecdóticas. Sin poner ejemplos, es fácil que nos vengan a la mente alguno de ellos que pueden ir desde enfados inexplicables hasta actitudes sexuales de lo más variopinto.

Probablemente también nos ocurra esto a nosotras, mejor dicho, no probablemente sino seguro pero también es cierto que sabemos disimularlo con mayor facilidad. En definitiva, aunque pensemos que cada vez que cumplimos años nos estamos beneficiando de la experiencia adquirida y que algún día llegaremos a ser “sabios”, lo cierto es que muchos de nosotros seguiremos teniendo a la niña o al niño que una vez fuimos a flor de piel y recordándonos, de vez en cuando, que la madurez no es sólo cuestión de edad sino de actitud.

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