A través del espejo

Entre los mayores defectos del ser humano, podemos hablar de la soberbia. Si tratamos de dar un concepto del término será difícil resumir en uno solo lo que implica. Esto lo saben bien quienes sufren este mal. La soberbia significa altivez, satisfacción por lo propio con menosprecio de los demás.
 
En ocasiones, se puede asimilar al orgullo y, sin embargo, no se deben confundir. Es el orgullo un exceso de estimación propia que, no obstante, puede nacer de causas nobles y, desde este punto de vista, dista años luz de la soberbia, que siempre implica el desprecio de otros. Sería como la cara y la cruz de una misma moneda.
 
En nuestro mundo actual, se habla generalmente de ego, y no sólo masculino, desde una perspectiva negativa, sintiendo que el ego implica una especie de «pomposidad» que supone necesariamente un daño a otros. Un exceso de ego, como un exceso de casi todo, es perjudicial. En el fondo, es la causa de muchas rupturas sentimentales. Desde otra perspectiva, sin embargo, también podemos pensar en el ego como nuestra autodefensa frente a las agresiones que podemos recibir de las personas de nuestro entorno. Así, un sentimiento del propio valor es el que permite reaccionar frente al maltrato colocando una especie de barrera mental entre agresor y agredido que permite, a este último, mantenerse en pie frente a todo tipo de ofensas. Estamos ante un concepto que implica, de nuevo, un exceso, como la soberbia. El exceso de autoestima sería, así pues, también perjudicial mientras que una sana autoestima debería ser un objetivo en sí misma. Sinceramente, no he llegado a saber si esta connotación negativa del ego, similar a la soberbia, es o no consustancial al concepto o una especie de construcción subjetiva del mismo de «fabricación» propia.
 
Lo cierto es que la autoestima nos puede librar de situaciones embarazosas si sabemos frenar a tiempo una relación destructiva. Así, habría que luchar contra la soberbia para mantener a raya el ego y mostrar orgullo por todo aquello que hemos logrado con nuestro esfuerzo para disfrutar de un adecuado nivel de autoestima, que nos permita no sólo ser felices sino más: hacer felices a aquellos que tenemos a nuestro alrededor.