Del ingenio humano:
Posted on octubre 27th, 2007 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Entre las cualidades que tenemos los seres humanos y nos diferencian del resto de seres vivos que circulan por nuestro mundo, hay una que a mí me gusta particularmente. Es el ingenio: una especie de mezcla de inventiva y originalidad -aunque alguno pueda pensar que estos dos últimos términos son, en cierto modo, redundantes y participan el uno del otro-.
El ingenio, que nada tiene que ver, evidentemente, con el “no ser un genio” (in=partícula negativa; genio=no es necesario explicar qué significa) nos es útil desde muy diversos puntos de vista. Así, a lo largo de la historia nos hemos encontrado con grandes inventores que han contribuido a hacer nuestra vida más fácil. ¿Alguien podría imaginar que aún hoy, en el S. XXI, viviésemos sin electricidad?, ¿y sin los medios de transporte y/o comunicación que utilizamos habitualmente?.
Si siguiese con esta enumeración, me condenaría a estar sentada delante del ordenador demasiadas horas de manera que cada uno puede seguir pensando cuántos artilugios de gran utilidad nos habríamos perdido sin el ingenio de sus inventores.
Sin embargo, como “no sólo de inventos vive el hombre”, podemos buscar otras aplicaciones más lúdicas: por ejemplo, los sudokus. En este caso, participa no sólo el ingenio de quien los creó sino, lógicamente, también, el de quienes entretienen sus neuronas con este juego. Se trata de un simple pasatiempos, de moda hoy, y que es probable que, en breve, sea sustituido por otro, como ocurre a menudo, pero mientras dure nos servirá para ejercitar nuestra mente y apartarla de las cotidianidades en las que habitualmente estamos pensando.
Por otra parte, aunque el ingenio sea habitualmente bueno, también podemos usarlo, para sorprender negativamente a nuestros oyentes. Así, aún recuerdo una pregunta que me hizo una vez una amiga y que, sinceramente, no le encuentro pies ni cabeza. ¿Qué opinarían ustedes si alguien les pregunta si mueven todo el cuerpo cuando conducen? Después de pensar: ¿qué me están preguntando? lo lógico es contestar que normalmente movemos todas las partes del cuerpo que son necesarias para la conducción.
En este caso, el ingenio de mi amiga sirvió para dejarme perpleja y sino que cada uno piense… Será que, en el fondo, aunque ingenio tengamos todos, no sabemos usarlo siempre con la misma habilidad.