«El PP tras la derrota»
Posted on abril 26th, 2008 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Escribe hoy Francesc de Carreras en La Vanguardia:«La dulce derrota del PP debía desencadenar necesariamente una crisis interna. Derrota porque no ha sido victoria y dulce porque no ha sido lo suficientemente contundente. De momento, el punto central de la crisis se sitúa en el liderazgo del partido porque, durante los cuatro últimos años, Rajoy no ha sido Rajoy. ¿Qué quiero decir con ello? Que el líder del PP ha interpretado a un presonaje que no se corresponde con su manera de ser.
En efecto, Rajoy es una persona moderada y escasamente dogmática, un socarrón flemático, negociador y pactitsta, alejado de todo extremismo. Ahora bien, debido a las especiales características de la derrota del 2004, tras la reacción irritada de la mayoría de los suyos tras el 11-M, Rajoy ha tenido que interpretar un papel que no le va para nada: el de persona airada y gesto agresivo, tronante en la tribuna parlamentaria y duro en el gesto y en la mirada. Su sobreactuación, sin embargo, no ha convencido ni a unos ni a otros: unos dicen que produce crispación, otros que es demasiado blando. Al final, ha perdido las elecciones. Nadie puede ir contra su propia naturaleza y sólo un gran actor de teatro puede interpretar adecuadamente un papel contrario a su verdadera personalidad. En todo caso, Rajoy no ha conseguido ser un líder indiscutible y actualmetne es un líder discutido.
Pero las cosas son como son y qué le vamos a hacer, como diría el mismo Rajoy. Tras la derrota, al no renunciar a la dirección del partido sino, por el contrario, reafirmarse en el puesto de mando, las furias, lógicamente, se han desatado. Esperanza Aguirre y sus partidarios mediáticos han dado un paso al frente, no tanto para iniciar un inmediato asalto al poder sino para crear un foco de discrepancia cara al futuro. Quizás han calculado mal, no lo sé. En todo caso, el apoyo mayoritario a Rajoy no me parece tanto un granítico bloque de lealtades inquebrantables sino una coalición negativa contra Esperanza Aguirre. La solución definitiva al problema de liderazgo se ha pospuesto. No sé muy bien hasta cuándo, probablemente nadie lo sabe. Pero da toda la impresión de que los acuerdos que tome el congreso del PP en junio tendrán un simple carácter provisional. Antes Rajoy que Esperanza: ésta ha sido la consigna de la gran mayoría de dirigentes populares. Lo primero es frenar a la presidenta de Madrid, después ya se verá.
Quizás cuaje el nuevo Rajoy, el Rajoy postelectoral de estas últimas semanas, con un equipo propio y habiendo recuperado su auténtica personalidad. Quizás cuaje. Pero lo más probable es que, una vez descartada Aguirre, se vaya configurando un liderazgo nuevo, desconocido de momento, pero capaz de cambiar las formas del PP, atraerse al electorado de centro y no cerrarse a alianzas futuras con otras fuerzas políticas. Pienso que sólo un partido de estas características tiene posibilidades de ganar al PSOE de Zapatero.»