¿Esto es arte?
Posted on diciembre 17th, 2008 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Probablemente haya mucha gente que tiene la sensación que le toman el pelo cuando tratan de «venderle» según que piezas como «arte».
Después del «exitoso» experimento que realizó una televisión en la Feria Arco del año pasado, si no recuerdo mal, en que se pidió la opinión de algunos visitantes sobre unos cuadros pintados por niños de una guarderia y escuchamos a un entrevistado decir que el autor debía tener algún problema sexual por lo que había dibujado… casi podemos esperarnos cualquier cosa.
No voy a criticar a Barceló por su última obra. Creo que no es necesario. ¿No estamos en época de crisis? Por lo visto, hay sectores donde no llega.
Y aunque sea cierto que «sobre gustos no hay nada escrito» y no siempre se puede generalizar y poner todo en el mismo saco, de vez en cuando, se cuela alguna que otra manifestación artística un poco discutible. Por ejemplo, hoy me he enterado que se considera «artística» la quema de una docena de pianos, colocados unos sobre otros, para conmemorar no sé qué evento. No es que no me gusten las fallas pero considero que organizar una hoguera de pianos no es lo más adecuado para que podamos deleitarnos con la estética de las llamas. Para eso existen las chimeneas.
Sin embargo, realmente no podemos abominar de todo lo que lleva la seña de identidad del arte contemporáneo porque, de vez en cuando, sí hay realmente obras que merecen la pena porque no atentan al buen gusto ni inducen a la violencia: ¿qué habrán hecho los pianos incendiados para no merecer sonar nunca en un auditorio?.
Aunque no me gusta experimentar con autores, de entrada, desconocidos, de vez en cuando, queda la agradable sorpresa de haber disfrutado realmente de obras dignas de aprecio. Podemos pensar no sólo en pintura sino, por ejemplo, en fotografía. Y es que, en ocasiones, mezclado con «arte» de más que dudoso buen gusto, sí hay autores y obras que merecen el reconocimiento público.
Siguiendo mi costumbre de no hacer publicidad de nadie, sólo me queda por añadir que, a veces, podemos llevarnos una agradable sorpresa visitando galerías en las que, tal vez, de entrada, no esperamos descubrir nada especial pero que sí pueden encerrar imágenes ciertamente sugerentes; más propias, incluso, de un sueño que de la propia realidad.
Los nombres de los artistas, mejor que los ponga cada uno; yo me limito a dar ideas y es que, más allá, de las exposiciones en las que ya sabemos qué vamos a visitar, las galerías pueden encerrar un mundo fascinante.