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A través del espejo

Eternamente niños:

Posted on julio 21st, 2008 by henrietta
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Será porque actualmente la emancipación se retrasa tanto que los padres tienden a tratar eternamente a sus hijos como si fuesen niños pequeños.
 
Esta actitud repercute, entre otras cosas, en que cualquier pequeño esfuerzo que tengan que hacer suponga un reto imposible, en algunos casos.
 
La enseñanza es la principal afectada por una permisividad sin límites y por una sobreprotección realmente escandalosa. Escuchar a una persona que podría estar en la universidad decir que si lee un texto, no lo entiende y sólo puede estudiar lo que le explican es lo mismo que devolver a estos chicos casi al parvulario. Algo debe fallar para que esto ocurra.
 
No es de extrañar que el nivel de la enseñanza en España, con algunas excepciones, sea pésimo. A lo mejor sería más útil intentar enseñar que ocuparnos de debates, más o menos interesados, sobre si hay que estudiar en una u otra lengua.
 
Si este tipo de actitudes tan infantiles las trasladamos a la vida cotidiana, vamos a tener tal cantidad de Peter Panes y Campanitas que será difícil asumir ciertas responsabilidades propias de la vida adulta.
 
Hace unos días escuchaba una conversación sobre la cantidad de ausencias laborales que se producen los lunes por la mañana, consecuencia, claro, de los excesos del fin de semana. A mí me parece que alguna relación debe haber entre el bajo nivel de rendimiento académico y laboral aunque no siempre tiene que ir ligado uno a otro. En el fondo, se trata de dos mundos aparte y, por razones de lo más diverso, no siempre un bajo nivel académico tiene que implicar un desastre en el trabajo y viceversa. Recordemos que la motivación es también un factor muy importante.
 
Lo que parece que hay quien no entiende es que normalmente las recompensas, sean del tipo que sean, suelen ser directamente proporcionales al esfuerzo aunque esta palabra no sea bien aceptada hoy en día y, por supuesto, no nos olvidemos que hay personas a quienes le llueven las cosas del cielo pero, desengañemonos, eso no es nada frecuente.

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