¿Hacia donde evolucionamos?:
Posted on marzo 25th, 2008 by henriettaPosted in Columnas | No Comments »
Hace unos días leía los resultados de una encuesta en que se afirmaba que en España las personas que se definen como felices son mayoritariamente jóvenes, con hijos y sin problemas económicos.
Este tipo de noticias contrastan con la opinión de quienes se plantean qué razones nos llevan a los españoles a decidir una especie de «suicidio colectivo» debido a la baja natalidad.
Si a esto añadimos la preocupación que se empieza a respirar por el envejecimiento de la población y por buscar instrumentos financieros que nos permitan vivir con dignidad, parece que hay alguna que otra contradicción.
O bien muy pocos españoles son felices o realmente no existe peligro de que acabemos desapareciendo engullidos por los fenómenos migratorios que nos afectan.
Como habitualmente es en los puntos medios donde se acaba encontrando una explicación satisfactoria a estas aparentes contradicciones, podemos pensar que realmente hay una cantidad de personas razonablemente felices por carecer de todo tipo de preocupación. Sin embargo, lo que no deja de ser paradójico es que sean las clases medias -con ingresos entre 25.000 y 100.000 euros- quienes experimentan mayoritariamente este fenómeno.
¿Realmente estamos condenando a las clases medias a su desaparición? No faltan datos que parecen apuntar en este sentido: la precariedad laboral, la dificultad para compaginar la realización profesional con la vida personal…
Esperemos, al menos, que el legislador haya sido precavido y dispuesto los mecanismos necesarios para resolver los problemas que puedan plantearse el día en que las personas activas no coticen lo suficiente para hacer frente al pago de las pensiones de la masa de jubilados que se espera dentro de unos pocos años.
Quienes nacimos durante el «baby boom», por lo visto, no sólo llegamos en una época de cambios sino que también provocaremos un gran cambio social cuando lleguemos a la última etapa de nuestra vida.