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A través del espejo

«Más allá de nuestro control»:

Posted on diciembre 7th, 2007 by henrietta
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Es relativamente habitual que ocurran acontecimientos inesperados que, por
azar o por las razones más diversas, rompen nuestros esquemas. Estos
sucesos, a menudo negativos, pueden ser también extremadamente positivos.
Hay personas a quienes les cambia la vida, por ejemplo, un sorteo. Para
otras, por ejemplo, conocer a alguien que les ayude puede también suponer un
vuelco en su existencia.

Suele ser bastante común, entre personas que han llegado a lo más alto en
sus aspiraciones, que, en algún momento de sus vidas, hayan encontrado a
aquella persona que se ha fijado en ellos y les ha abierto el camino hacia
el éxito. Esto, que es tan frecuente en el mundo artístico, me atrevería a
decir que es fundamental en cualquier campo aunque es evidente que hay quien
no tiene más aspiración que disfrutar de una existencia cómoda y pacífica,
sin más pretensión, que no es poco, ciertamente.

La realización personal y profesional de cada uno depende, evidentemente, de
factores que están más allá de nuestro control. Nuestra existencia se halla
condicionada por múltiples circunstancias. No es lógicamente lo mismo, por
ejemplo, nacer en un país occidental que en un país subdesarrollado. La
igualdad de oportunidades es, en esencia, una utopía.

Es más que evidente que Einstein, en una tribu de africanos, habría sido el
más tonto de su tribu y no porque lo diga yo sino porque su talento no
brillaba por tener un agudo instinto de supervivencia. Al contrario, es
frecuente que los genios sean algo desastrosos en su vida personal por
estar, a menudo, en un mundo irreal, imaginario, en el que pocos pueden
penetrar. El ingenio o la habilidad para alcanzar las cotas más elevadas del
saber no es fruto de la casualidad sino de unas condiciones innatas que han
encontrado el camino adecuado para su realización. Muchas se quedan, no
obstante, literalmente enterradas al no encontrar el cauce necesario para su
desarrollo.

Son estas circunstancias, más allá de nuestro control, las que marcan las
diferencias fundamentales entre unos y otros. Llamémosle suerte, o de
cualquier otro modo, ya que muchos no creen que, efectivamente, la suerte
exista.

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