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Posted on diciembre 11th, 2010 by henriettaPosted in Un poco de todo | No Comments »
Hace muchos días que no cuelgo noticias. Será que estoy demasiado ocupada y el programa se va convirtiendo casi en un hobby. Aprovecho hoy que tengo un ratito para colgar las siguientes:
Un programa impide a los usuarios escribir en redes sociales cuando están ebrios
Un grupo de seguridad informática en Internet creó una nueva herramienta destinada a impedir a los adeptos de las redes sociales escribir, cuando estén ebrios, en sitios como Facebook, Myspace o Twitter, lo que podrían lamentar al día siguiente.
Partiendo del principio que «nada bueno ocurre después de la una de la madrugada», el programa de la empresa Webroot, con sede en el estado de Colorado (oeste de Estados Unidos) promete «poner fin a la pesadilla que sigue al envío de mensajes tardíos de los que uno se arrepiente».
La herramienta, llamada «Test de sobriedad para redes sociales» es gratuita para los usuarios del navegador Firefox. Requiere que los internautas se sometan a un examen de coordinación antes de acceder a sus sitios de socialización predilectos.
La prueba implica entre otros que la persona logre mantener el cursor del ratón en el centro de un círculo en constante movimiento o que identifique correctamente una serie de luces intermitentes. Si el usuario fracasa, no puede acceder a dichos sitios.
El gigante estadounidense en internet Google propone una herramienta similar a los usuarios de Gmail, «Mail Goggles», que los obliga a resolver cinco problemas matemáticos simples en menos de un minuto para poder enviar un correo.
Dos años después, tras el nacimiento de su segunda hija, acude a una tienda en Frankfurt a comprar otra placa para fotografiar a su nuevo retoño.
Imaginad la sorpresa cuando tras revelar la imagen, descubre impactada que el retrato de su hija está superpuesto al que tomó a su hijo 2 años antes en Estrasburgo.
La casualidad quiso que la misma persona hiciera una doble exposición de la misma placa. (Podéis ver la foto sobre estas líneas).
Esta es solo una de esas alucinantes coincidencias que se dan de tanto en tanto. Quince de ellas han sido recopiladas (en inglés) por Listverse, y me gustaría hablaros de las cinco casualidades más asombrosas de la lista.
Segunda historia alucinante. En 1920, una novelista estadounidense recorre las librerías de París. De pronto llega a una librería y se pone a ojear las estanterías llenas de libros de segunda mano. ¿Qué se encuentra en una ellas?
Imaginaos la sorpresa de Anne Parrish cuando descubre uno de sus libros favoritos de infancia: Jack Frost y otras historias. Pero más aún, imaginad la sorpresa cuando abre la primera página y se encuentra en la primera hoja esta inscripción:
«Anne Parrish, 209 N. Weber Street, Colorado Spring».
¡Era exactamente el mismo libro que perteneció a Anne!
Prosigamos con la tercera.
Los hermanos gemelos Jim Lewis y Jim Springer fueron separados al nacer y terminaron en distintos hogares de adopción.
Sin saber nada el uno del otro, ambas familias llamaron James a los chicos. Los dos crecieron sin conocerse, pero aún así los dos terminaron siendo agentes del orden público, destacaron por sus habilidades en mecánica y carpintería.
Los dos se casaron con mujeres llamadas Linda. Ambos tuvieron hijos, uno llamado James Alan y el otro James Allan, igual. Los hermanos gemelos se divorciaron de sus esposas y se casaron de nuevo con dos mujeres llamadas Betty. Además los dos tenían perro, llamado en ambos casos Toy.
La cuarta historia de la que os quiero hablar hace que realmente uno comprenda que exista gente que crea que el destino está escrito
En 1975, mientras montaba en ciclomotor en Bermuda, un hombre sufrió un encontronazo con un taxi que acabó con su vida.
Un año más tarde, el hermano de este hombre moría exactamente del mismo modo.
De hecho, iba montado en el mismo ciclomotor y para rematar la mala suerte, el golpe lo recibió del mismo conductor a bordo del mismo taxi. ¡Pero es que además el pasajero que viajaba en el taxi en ese momento era también el mismo!
La imagen superior es una nota de prensa de la época en la que se refleja la macabra casualidad.
Para finalizar, otra historia alucinante: la bala que mató a su destinatario varios años después de ser disparada.
En 1883, Henry Ziegland rompió la relación con su novia, quien completamente afligida, terminó suicidándose. El enfurecido hermano de la chica persiguió a Ziegland y le disparó.
Creyendo que lo había matado, el hermano se quitó entonces la vida. Pero el caso es que, Ziegland no había muerto. La bala solo le había arañado el rostro, y terminó alojada en un árbol. Escapó por los pelos.
Años más tarde Ziegland decidió cortar el mismo árbol, que aún tenía la bala en su interior. El árbol parecía tan formidable que decidió volarlo con dinamita.
La explosión extrajo la bala de la corteza, la cual salió disparada en dirección a Ziegland, le alcanzó en la cabeza y le mató.
¿Son o no son historias alucinantes?