Santiago:
Posted on octubre 24th, 2008 by henriettaPosted in Un poco de todo | No Comments »
Hoy, por fin, tengo tiempo para hacer un resumen de mi viaje a Santiago.
Aunque no me guste hacer relatos de vivencias, en este caso, haré una excepción. Iba con deberes pendientes y creo que los cumplí bastante bien. Quedó poco por ver de lo que tenía intención de visitar.
El puente empieza a las 5 de la mañana de un sábado. Tiempo justo para vestirme y salir corriendo hacia el aeropuerto. Las 6 en punto y camino de Madrid, donde llegamos aún de noche. Varias horas de escala viendo como llueve en Barajas para llegar a Santiago, con 24º y un sol espléndido. Hotelito en la Plaza de Galicia, más céntrico creo que es difícil. Con el tiempo contado para dejar mi bolsa y salir en busca de «Los sobrinos del padre» si no recuerdo mal. Fácil de encontrar y comida mensística, con Álvaro y un amigo suyo no mensista, Pedro, Diego y Yago y pulpo, claro. Después vamos a tomar un café al jardín de un hotelito cercano, precioso. Pasamos la tarde callejeando por las estrechas calles del centro de Santiago. Todo precioso: iglesias a diestro y a siniestro, facultades, bares de tapas… La Catedral, imponente, música de gaitas, cómo no. Se nos hace de noche y acabamos cenando, charlando y ya es la una y seguimos blableando en casa de Pedro. Después a dormir. Mañana domingo. Gracias a Álvaro y compañía por tantas horas agradables.
Día de turismo: desayuno en uno de los bares abiertos para ver el ambiente… paseo por la Alameda y callejeando, de nuevo, hasta encontrarme en la Plaza del Obradoiro. La Catedral está abarrotada. ¿Será porque es el Pilar o todos los domingos serán así? Hoy el cielo ya no está tan azul pero tampoco creo que llueva. Voy descubriendo rincones: San Martín Pinario, Santa María Salomé… hasta llegar al Museo do Pobo Galego y al parque de Bonaval. Hora de comer: aprovechando que estoy cerca, en el restaurante de un hotelito cercano al Museo. Pedro también se apunta. La comida buenísima y la compañía, excelente. Más callecitas hacia un precioso café, El Casino, si no recuerdo mal donde dormita un piano de cola. Café con chocolate y vuelta a pasear. Pedro se despide y aquí acaba mi contacto mensístico en Santiago. Me dirijo a la Colegiata de Santa María de Sar pero, después del largo paseo, está cerrada. En fin, otra vez será. Ahora hay que ir a un burguer, que me recomendó Álvaro, donde tienen unos Mcburguers de pollo buenísimos. Me llevo uno para cenar pero antes hay que pasar por el Pub Momo, abierto a partir de las 7 donde tienen un jardín preciosísimo, con unas vistas igualmente fantásticas. Ver fotos para más confirmación. Después, a dormir.
Ya es lunes: queda poco rato para seguir callejeando. Ya no me da tiempo a volver a la Colegiata pero sí para ir hasta el Parlamento, que está cerquita, entrar en la biblioteca de la Facultad de Historia: impresionante. Sin fotos para respetar el silencio. Nunca había estado en un sitio igual. Últimas compras de dulces… y vuelta a recoger las cosas del hotel, con tiempo para ir a comer al Rincón de Gurpegui: bueno, bonito y un menú por 12,50 €. De vuelta al hotel, a coger mi bolsita y regresar al aeropuerto, pequeño, no como Barajas, donde me esperan unas dos horitas de escala para poder dormir en mi cama y volver al día siguiente a la rutina, con la sensación de haber viajado no de un lugar a otro sino en el tiempo, retrocediendo a la Edad Media. Un viaje realmente especial.