Un comienzo extraño:
Posted on enero 4th, 2014 by henriettaPosted in Sin categoría | No Comments »
Hoy es sábado. Mañana los RRMM pasarán por todos los hogares del mundo para dejar ilusión a los niños y a muchos adultos, que siguen conservando algo de la magia de esta celebración y digo a todos porque probablemente no todos puedan permitírselo pero quiero pensar que alguna asociación hará posible que no haya ningún niño que no tenga al menos algún regalo. Los regalos de los adultos son algo más complejos. El más solicitado actualmente creo que es el trabajo pero poder trabajar presupone la salud y la consabida canción: salud, dinero y amor viene inmediatamente a la cabeza porque si tienes salud y dinero, ¿qué más bonito que poderlo compartir con amor?.
De todos modos, este año ha empezado raro; de hecho fue el anterior que terminó de una forma extraña. Pocos minutos antes de las uvas un mensaje en fb me alertó de que algo había ocurrido. Efectivamente, una ex-compañera de trabajo había fallecido. La vida es injusta pero a veces más aunque el cielo sea un lugar deseable para algunos donde refugiarse al final de la vida, cuando ésta concluye antes de lo esperado, no deja de ser un golpe brutal.
Por algún motivo, yo llevo unas cuantas navidades raras, primero fue Sandra, pocos meses después de ir a su boda, tuvimos su funeral :-(; después la esposa de un becario, que también se fue en plenas navidades sin esperarlo; luego aprendes que el cáncer te puede visitar hoy y dentro de unos días apartarte del mundo que conoces como le ocurrió a mi padre y ahora a Marta. ¡Qué raro es todo esto!, ¿verdad?
Marta era una chica especial, era una sonrisa y seguro que todos los que la han conocido la recordarán así.
¿Qué puede dejar un año que empieza con un funeral? Sólo el tiempo lo dirá y faltan unos 360 días para que concluya. De momento, pidámonos salud, dinero y amor, algún que otro regalo de RRMM que nos haga ilusión y ganas y energía para seguir compartiendo con nuestros amigos y familiares, cercanos y no tanto lo que pase por nuestras cabecitas.